Hoy queremos contaros la historia de Nano, un pequeño Chihuahua de apenas 2 kg y 5 años de edad.
Nano sufrió un grave atropello de un coche, en el que la rueda de éste lo atrapó y pasó por encima de su tercio posterior. Llegó a nuestro centro en un estado crítico, donde en primera instancia se pusieron todos los medios por salvar su vida.
Una vez estabilizado su estado vital, fue referido a nuestro servicio para evaluar las consecuencias traumatológicas y ortopédicas que se derivaron del accidente.

En primer lugar realizamos un completo examen ortopédico, en el que observamos una paraparesia no ambulatoria con incapacidad de mantener peso en la estación. A la palpación de la pelvis se puso de manifiesto dolor muy marcado, asociado a crepitación y una dismetría pélvica considerable.
Para obtener un diagnóstico definido, procedimos a realizar un protocolo diagnóstico completo, que incluyó un estudio radiológico y tomográfico de la pelvis. Gracias a las imágenes pudimos confirmar el diagnóstico, una fractura múltiple de pelvis con luxación sacroiliaca derecha, y luxación coxofemoral izquierda a consecuencia de una fractura conminuta del acetábulo.


Para poder definir con mas precisión todos los daños y establecer el mejor plan quirúrgico realizamos una tomografía computarizada (TAC) de la pelvis.


Tratamiento quirúrgico: precisión y delicadeza
La estabilización quirúrgica de la pelvis no resultó sencilla. En primer lugar se realizó un abordaje lateral al ilion y acetábulo izquierdo, a través de una osteotomía de trocánter mayor. Al comprobar la imposibilidad de reducción de los fragmentos que comprometían el acetábulo, se tomó la determinación de realizar una exéresis de la cabeza y cuello femoral. A continuación se estabilizó la fractura de la hemipelvis izquierda mediante una placa de bloqueo y titanio de 1´5 mm. La osteotomía del trocánter mayor se redujo y estabilizó por su lado con una banda de tensión.
En segundo lugar se realizó un abordaje dorsal a la articulación sacroiliaca derecha, que se encontraba luxada. Se redujo y estabilizó con dos tornillos para garantizar la fijación adecuada.
Por último, una vez cerrados los abordajes, se decide colocar un fijador externo en la hemipelvis derecha para dar un soporte adicional a la musculatura, especialmente la relacionada con el isquion.




Un futuro prometedor
Pocos dias tras la cirugía Nano ya era capaz de mantener peso sobre el tercio posterior y empezaba a dar sus primeros pasos. Tras unas semanas retiramos el fijador externo, y en dos meses se encontraba clínicamente recuperado. No obstante realizamos un seguimiento a largo plazo para comprobar que se encuentra fenomenal y vuelve a realizar una vida absolutamente normal.
¡Enhorabuena Nano, eres un campeón!