Dentro de nuestro protocolo de trabajo, además del estudio de la historia del paciente, de la exploración ortopédica completa, y de analíticas sanguíneas, ofrecemos una gama completa de pruebas complementarias de diagnóstico por imagen avanzadas, necesarias en la mayoría de ocasiones para llegar a un diagnóstico definitivo y programar el tratamiento necesario.
Una de las herramientas que más empleamos es la radiología digital, gracias a la cual conseguimos imágenes de alta resolución de los diferentes huesos, articulaciones y tejidos blandos relacionados con éstos. Las radiografías que obtenemos nos proporcionan una visión clara y detallada de las diferentes estructuras bajo estudio, lo que facilita el diagnóstico de patologías como pueden ser fracturas o luxaciones entre otras. Además se trata de un método rápido y no invasivo.
La principal limitación de la radiología se encuentra en el estudio de los tejidos blandos como son los músculos y tendones principalmente. Para el estudio avanzado de los mismos recurrimos a otra técnica complementaria como es la ecografía.
La ecografía musculoesquelética permite evaluar los músculos, tendones, ligamentos y diferentes estructuras articulares de nuestros pacientes, detectando diferentes alteraciones como pueden ser roturas fibrilares, avulsiones tendinosas o ligamentosas, o inflamación de tendones (tendinitis) y ligamentos (desmitis), entre otras. Igual que sucede con la radiología, es una técnica no invasiva.
Existen regiones anatómicas difíciles de estudiar con las técnicas descritas debido a multiples factores como puede ser la superposición de tejidos. Para esos casos particulares, recurrimos a técnicas más avanzadas de imagen, como es la tomografía computarizada (TC). Ésta proporciona imágenes tridimensionales de máxima calidad que permiten valorar en detalle estructuras anatómicas complejas como puede ser el cráneo, los codos, los carpos, o los tarsos entre otras.
Existen estructuras articulares que son difíciles de explorar incluso combinando los métodos anteriores. Algunas de ellas pueden ser el cartílago articular, algunos ligamentos o los meniscos de la rodilla. Para evaluarlas, y en ocasiones tratar algunas de sus afecciones puede resultar de utilidad otra prueba complementaria – terapéutica como es la artroscopia.
En ocasiones es suficiente con una de las pruebas descritas para alcanzar el diagnóstico, pero en patologías complejas, puede llegar a ser necesario emplear varias de ellas.




















